La torre de marfil

Este es un espacio para quienes quieren conversar sobre el Perú con la distancia -y marginalidad- de la diáspora. Le daremos particular importancia a la política doméstica y los conflictos culturales de las sociedades del norte para establecer contrastes irónicos en relacion al Perú.

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Nombre: Eduardo Gonzalez
Ubicación: Brooklyn, New York, United States

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jueves, setiembre 01, 2005

Jaque de la naturaleza

Todo jugador de ajedrez sabe que las decisiones equivocadas se pagan. Lo que se hizo al principio del juego no se puede deshacer despues, en los momentos criticos. ¿Que hace ese peón perdido por ahí cuando tenía que protegerme? ¿Porqué no puedo mover a la torre cuando la necesito?

Eso exactamente le está pasando al Sr. Bush ahora que la naturaleza le está pasando la cuenta con la catástrofe de Nueva Orleans. Como la prensa se demora en reportar estas cosas, vale la pena recordar a los lectores que -además de la evidente catástrofe humana- hay una catástrofe económica muy seria en lo que ha ocurrido.

El golfo de México produce el 10% del petróleo y gas natural que EEUU consume y luego de la tormenta su producción se ha recortado severamente: varias plataformas petroleras están a la deriva en el mar, lo mismo que contenedores y tanques. Por los puertos de Nueva Orleans, Mobile y Houston pasa una cantidad considerable de los bienes que consume la economía del país. El puerto de Nueva Orleans -que ha quedado inutilizado- es particularmente importante porque está en el corazón de sistemas de trenes y canales fluviales por los que circulan bienes esenciales para los estados del centro del país.

El corte abrupto de la producción e importación de petróleo crudo por Nueva Orleans significa que las refinerías en la zona -muchas también dañadas por el huracán- no pueden producir gasolina. La escasez sube los precios y la subida de los precios, unida a la ansiedad producida por la catástrofe amenaza con crear un pánico que puede disparar los precios aún más. no necesito seguir en la cadena de explicaciones, porque los peruanos sabemos muy bien lo que pasa cuando sube la gasolina: comienza con "in" y termina con "ón".

En una situación como esta, cualquier presidente necesita por lo menos tres cosas: fuerzas de seguridad para llevar a cabo tareas de rescate y mantenimiento del orden, reservas de gasolina para controlar la subida de precios y un panorama mundial tranquilo para evitar una multiplicación de frentes. Y a Bush le falta todo eso.

Primero: El 40% de los miembros de la Guardia Nacional en los estados afectados está en Irak y -aunque el gobierno lo niega- la falta de gente en el terreno tiene consecuencias graves en la situación humanitaria, la seguridad y las tareas de ingeniería. Se necesita gente para rescatar a los afectados que llevan 48 horas sin comida, luz ni agua potable en distintos lugares. Se necesitan helicópteros gigantes para llevar bloques de cemento y arena que cierre los diques rotos. Se necesita seguridad para prevenir los saqueos, para evitar estampidas, para proteger a las personas que han quedado aisladas, a los enfermos, a los niños, etc. Lo que está ocurriendo, por lo que podemos ver en las pantallas de TV son los primeros elementos de un pánico de consecuencias incalculables. Espero equivocarme.

Segundo: El precio de la gasolina que -con variaciones- estaba en poco más de 2 dólares el galón de 90 octanos sin plomo se ha disparado a más de 5 dólares en algunos estados del sur. El precio del barril de crudo en la bolsa de Nueva York está raspando los 70 dólares. También en la bolsa, el precio de los futuros de gasolina (es decir, el galón de gasolina sin considerar costos de transporte e impuestos) está ya en 2.61 dólares y -lo que es preocupante para los próximos meses una vez que acabe el verano) el precio de futuros del galón de gasolina para calefacción está en 2.05 dólares. Todo a la alza.

El gobierno ha autorizado que las reservas estratégicas de petróleo se abran para darle crudo a las refinerías: EEUU tiene 700 millones de barriles de crudo almacenados. El problema? Se necesita producir extra para compensar la pérdida y las refinerías no pueden hacerlo. En esa situación, EEUU tiene que arreglárselas con los stocks de gasolina que tiene y tiene que importar gasolina, sabiendo que eso empujará los precios de la gasolina aún más.

Tercero: el precio del petróleo ya era alto antes de esta crisis. La demanda mundial ha ido en aumento creciente en los últimos años, en parte debido a la masiva industrialización de China y de otras economas emergentes, lo que es un fac tor estructural que no depende de Bush, pero también en parte debido al efecto destructivo de la guerra de Irak y a la inestabilidad en el Medio Oriente, que es de su responsabilidad personal directa. Con los precios mundiales de energía altos, lo que menos quería EEUU es un estímulo adicional al alza.

A esto hay que añadir que el presidente guerrero ha desperdiciado todo su primer gobierno deshojando margaritas en el tema de la búsqueda de fuentes alternativas de energía y una política nacional de energía recientemente aprobada por el legislativo hace muy poco por estimular a los ciudadanos a cambiar sus estilos de consumo. El gobierno y sus aliados en las grandes compañías petroleras estaban muy felices con la idea de quemar petróleo toda la próxima generación sin darle ninguna urgencia a la investigación de fuentes alternativas. "Después de mí, el diluvio" parece haber sido la posición, al estilo de Luis XV. El problema es que el diluvio -literalmente- ya ocurrió y ahora el Sr. Bush tiene que estar acariciándose nerviosamente el nudo de la corbata.

Esta es una sociedad donde el famoso "estilo de vida americano" depende -logísticamente- de un gasto fenomenal de energía. A despecho de la imagen de un país de rascacielos, este es un país donde las ciudades crecen horizontalmente porque la gasolina es barata y todo ciudadano tiene auto, por lo que puede darse el lujo de vivir en un bosquecito a cien kilómetros de la oficina. La familia americana promedio no vive en un barrio donde pueda caminarse a la esquina a hacer las compras, sino en un pueblo sin veredas donde hay que manejar diez minutos hasta el próximo mall y cargar las compras en un carro grande, una 4 x 4 que no da más de 30 kilómetros por galón. Seguirá el "boom" de la construcción en EEUU una vez que los precios dela gasolina sigan subiendo y deje de ser económico construir ciudades dormitorio lejos del centro? Qué va a pasar con la producción de carros grandes y con las fábricas que los producen?

En resumen: tres piezas fundamentales están ausentes cuando más se necesitaban. Por culpa de malas decisiones tomadas hace tiempo, habrá consecuencias concretas en la vida de la gente. Una vez que la gente empiece a ver los cuerpos abandonados en su pantalla, empezarán otras preguntas y una nueva fase del juego ¿cuál será el costo político de la situación? ¿Se usará la catástrofe para distraer a la población de lo que ocurre en Irak? ¿Se hartará la gente? ¿A dónde se han ido a meter los demócratas, que nadie los ve cuando se necesita un liderazgo alternativo?